[LA PLATA] CORRUPCIÓN DE MENORES

“Casi Ángeles”: Pidieron 10 y 9 años de prisión para dos hombres por corrupción de menores

Lunes, 20 de Agosto del 2018 - 21:36 hs.

“Entre los años 2008 y 2010 dos hombres, de manera mancomunada, simulando ser productores de del programa televisivo “Casi Ángeles” contactaron a dos jóvenes de 14 años, primero mediante engaños y luego, hacia una de ellas, con amenazas para vencer su resistencia. De esta manera fueron generando la coacción necesaria para que la menor, en completa afectación a su integridad sexual, realizara actos lesivos que quedaron plasmados en soportes fotográficos que fueron distribuidos a otras menores del mismo colegio, quebrantando de esa manera su integridad sexual”, así comenzó el alegato de la fiscal Victoria Huergo, ante el juez Emir Caputo Tártara, integrante del Tribunal Oral Criminal n° 4 de La Plata.

Se trata de los acusados Adrián Mendoza y Gustavo Zitzer, quienes enfrentan los cargos de corrupción de menores agravada por engaños e intimidación respecto de la víctima “A”, en concurso real con corrupción de menores en grado de tentativa, respecto de la víctima “B”. Por ello se solicitó la pena de 10 años de prisión para Mendoza, ya que le agrava el delito de distribución de material pornográfico, y 9 años de prisión para Zitzer.

La fiscal Huergo expuso por una hora los hechos y fundamentos por los cuales, para el ministerio público, ha quedado debidamente acreditado que ambos acusados son los autores de la maniobra delictiva. En relación a la materialidad de los hechos describió que con la víctima “A” se contactaron a través de medios electrónicos como son mails y chat de Messenger y también desde un teléfono con prefijo de la ciudad de Buenos Aires, desde el cual Zitzer, que dijo ser el hermano de Cris Morena, concertó un encuentro con la niña en la zona de Plaza Brandsen.

La joven de 14 años recibió una solicitud de amistad donde le ofrecieron participar de castings para la tira. Al aceptar inscribirse, la víctima aportó información importante sobre ella y su familia que quedó en poder de quienes operaban las cuentas. “Primero le pidieron fotos y videos propios, y luego para torcer su integridad sexual y corromperla, le enviaron material pornográfico infantil en forma de videos. Comenzaron a exigirle actos concretos, a lo que la joven se negó. Fue entonces que se produce el cambio de la modalidad corruptora mediante “engaños” a la modalidad bajo “intimidación y coacción”. Éstas consistían en decirle que la iban a secuestrar a ella y a su hermana menor para prostituirlas”, describió Huergo. Citando la declaración de la propia víctima, recordó que la situación le generó miedo y que la negativa inicial se transformó en aceptación pasiva de la extorsión con fines sexuales. La misma mecánica se dio con la víctima “B”, a quien también contactaron por chat y le ofrecieron la posibilidad de hacer pruebas para el programa juvenil. A ella le enviaron las fotos de la otra joven, ante lo que dio aviso a su madre y ésta a la progenitora de la víctima “A”.

La modalidad era conectarse desde computadoras públicas, ubicadas en locutorios o cibers, lo que hizo más difícil la ubicación. “El cibercriminal va borrando sus rastros a medida que los comete, hasta que un día comete un error, un acto que lo deja de manifiesto y de allí se reconstruye su accionar”, dijo la fiscal y agregó que éste es el llamado “error o punto cero”. En este caso, fue un acceso a una de las cuentas de correo utilizadas en el delito con una PC desde el domicilio particular del imputado Mendoza, en el año 2012. La empresa Microsoft lo confirmó con un informe sobre la identificación de la IP desde la que se envió material, acceso que fue efectuado sin fallas, en un solo intento, es decir, con la contraseña correcta.

Una vez allanado el domicilio de Mendoza de La Plata, se secuestró material informático en el que se determinó que las cuentas de mails desde donde se produjeron los ataques contenían pornografía infantil y desde allí la distribuían. Por conexiones entre las cuentas se logró ubicar un domicilio en ciudad de Buenos Aires, donde vivía Zitzer, que redundó en un allanamiento en el que se secuestraron cd´s con material pornográfico, presuntamente de menores, de fabricación casera o artesanal. En su exposición citó a un perito informático que en su declaración expuso la conexión y localización de las IP y explicó que las cuentas principales eran controladas por Mendoza y las cuentas asociadas por Zitzer, y que existía un fluido intercambio de material entre ambas.

Para apoyar su justificación citó una publicación de Eduardo Bieber Viola en la Revista Argentina de Clínica Neuropsiquiátrica que analiza el perfil psicosocial del pedófilo, donde explica que el 90% de los casos de abuso sexual con menores son cometidos por hombres adultos (con al menos 5 años de diferencia con su víctima) heterosexuales, mayormente casados o en pareja. Y particularmente en cuanto a los delitos cometidos por redes, cuentan con el conocimiento informático necesario para llevarlo adelante.

Sobre el imputado Zitzer la fiscal alegó que posee todas las características del perfil de un pedófilo pero además que él mismo reconoció que era consumidor de pornografía, que le gustaban las mujeres muy jóvenes y que tenía un dispositivo en su computadora que le permitía ingresar en computadoras ajenas, encender la cámara, ver lo que hacían y robar fotos. Tenía los conocimientos para hacerlo y lo reconoció en su declaración testimonial durante la investigación.

En abril de 2012 se registraron cuatro ingresos con la IP informada por el servidor a cuentas asociadas a las principales desde el domicilio de Zitzer. Además en su computadora se encontraron conversaciones de Messenger que simulaban castings de Ideas del Sur, donde se pedían a jóvenes cv y fotos y en el momento en que descargaban el archivo se instalaba un troyano en las máquinas de las víctimas que era un programa oculto que le permitía luego ingresar de manera remota y así espiarlas.

En relación a Mendoza hizo referencia a sus conocimientos sobre informática y se apoyó en el testimonio de la perito psicóloga quien dijo que el acusado presentó indicios de mendacidad y una intención deliberada de ocultar sus saberes sobre el tema.

La abogada Ana Cocino, integrante del Centro de Asistencia a la Víctima de la Fiscalía general de La Plata, y en representación de las jóvenes, discrepó con la fiscal en cuanto a la calificación de tentativa en relación a la víctima “B”, ya que consideró que el delito fue consumado. Adhirió a la descripción de los hechos y las pruebas aportadas por la fiscal, y puntualizó en el daño producido en las víctimas en cuanto a su integridad sexual y cómo esto afectó el normal desarrollo de la sexualidad en la víctima “A”. Explicó como la acción corruptora dejó una huella profunda en el psiquismo en la víctima al incitarla a llevar adelante acciones aprovechándose de su edad y su situación de vulnerabilidad. Acompañó el pedido de pena de la fiscalía.

Por su parte la abogada defensora de Gustavo Zitzer, Claudia Ferrero, apuntó al fiscal de instrucción, Fernando Cartasegna, a quien acusó de haber armado la causa a fin de encontrar un culpable y calificó de deficiente la investigación. “Toda la causa está basada en suposiciones. La fiscalía no ha podido probar nada en relación a mi defendido”, dijo la letrada y citó que al momento de la audiencia preliminar del juicio, el fiscal que tenía la causa para el debate, Martín Chiorazzi, adhirió al pedido de sobreseimiento planteado por la defensa por falta de pruebas, solicitud que fue denegada y motivó su excusación de la causa. Además, dijo que en el período de tiempo en que la acusación ubica a su defendido en La Plata enviando mails desde locutorios, Zitzer se encontraba de vacaciones con su novia en el sur del país. “No es mi defendido la persona que provocó este daño”, dijo Ferrero y agregó: “No ha Zitzer el señor mayor que se encontró con la víctima en plaza Brandsen, tampoco quien manipuló a la víctima y le exigió el envío de fotos, ni la amenazó. Zitzer es inocente de lo que se lo acusa en esta causa por lo que solicitamos la absolución e inmediata libertad por el principio de la duda”.

A su turno, el defensor de Adrián Mendoza, Guillermo Anderson, planteó nulidades debido a que, según denunció, no pudo hacer el contralor y ejercer acabadamente el derecho de defensa sobre informes, actas, material secuestrado, fotografías. “La defensa no pudo producir prueba para rebatir la acusación, esto afecta el principio de inocencia y la duda razonable sobre el imputado”, argumentó Anderson y acusó de acusó la falsedad ideológica la testimonial de uno de los peritos que declaró durante el debate. “Están creando pruebas falsas ante el acusador y eso es un delito. Se rompió el principio de inocencia entre la imputación y la acusación. Cadena de custodia se ha perdido”, dijo y ante el agravio y por el principio de la duda solicitó se declare la inocencia de Mendoza.

En sus últimas palabras ambos acusados se dirigieron al juez implorando por su inocencia. “Puedo decir que soy inocente, que Dios lo sabe. En este momento mi vida y la de mi familia están en su decisión, en sus manos. Le ruego justicia, que me declare inocente para poder volver a mi vida y ser liberado”, dijo Gustavo Zitzer, quien llega a juicio detenido desde 2014, ahora con una morigeración bajo la modalidad domiciliaria. En tanto que Mendoza expresó: “Es un infierno lo que hemos vivido con mi familia, es una pesadilla, confío en usted para que haga justicia de mi inocencia”.

Una vez escuchadas las partes, el juez determinó que el veredicto se dará a conocer el viernes 31 de agosto al mediodía. [El Teclado]