Por Juan José Bahillo. Ex secretario de Agricultura. Ganadería
En un momento crucial para el desarrollo agropecuario argentino, es imperativo reconocer la labor del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Con más de 6,500 profesionales y 380 unidades en todo el país, el INTA no solo ha sido fundamental para las innovaciones en el campo, sino que también ha consolidado a Argentina como referente mundial en prácticas agrícolas, como la siembra directa.
Sin embargo, la reciente decisión, a partir de diversas presiones, de varios profesionales del INTA de adherirse al retiro voluntario, junto con el aparente desconocimiento de su importancia por parte del gobierno del presidente Javier Milei, genera un contexto preocupante. El INTA ha sido clave para la investigación y el avance tecnológico en agroindustria, y su pérdida podría disminuir nuestras capacidades en un sector vital para la economía argentina.
Entre sus logros más destacados, el INTA ha secuenciado el genoma de la chicharrita, desarrollado la tecnología del silobolsa para almacenar granos, e impulsado la creación de variedades de arroz y té que hoy se exportan a múltiples mercados internacionales. Estos éxitos no solo hablan del compromiso de nuestros investigadores y técnicos, sino que también dan cuenta de la capacidad argentina para innovar y adaptarse a las demandas globales.
Es esencial recordar que el progreso de nuestra producción no solo depende de la calidad y profesionalismo de nuestros productores, sino también del desarrollo constante del conocimiento y la biotecnología. Hoy, la ventaja en recursos naturales no es suficiente; necesitamos respaldo en innovación y mejora de procesos para mantener nuestra competitividad en el mercado global.
La preservación del INTA es crucial para el futuro de nuestra agricultura. No es solo una institución, sino una red de conocimiento y experiencia que necesita el apoyo necesario para continuar fortaleciendo el sector agropecuario. Apostar por el INTA es apostar por un futuro de desarrollo sustentable y productivo.
Como diputado provincial, exhorto a las autoridades nacionales a valorar y fortalecer el INTA en lugar de permitir su debilitamiento. Un sector agropecuario fuerte es fundamental para el bienestar de todos los argentinos, y la dedicación del INTA es esencial para alcanzar ese objetivo.
Construyamos un futuro donde la innovación y el conocimiento se integren para garantizar la prosperidad del campo argentino.