El Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires respaldó a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner luego de recibir una condena a 6 años de prisión e inhabilitación perpetua a ejercer cargos públicos en el final del juicio por la llamada Causa Vialidad.

Mediante un comunicado dado a conocer tras la lectura de la sentencia, el espacio encabezado por Máximo Kirchner sostuvo:

"Asistimos a la redacción de una página más de la historia negra del Poder Judicial de la República Argentina. Lejos de ser el resultado de una investigación judicial imparcial, es la expresión manifiesta de un acuerdo entre sectores de la política argentina, los medios de comunicación y el poder judicial. Los hechos de los últimos días no hicieron más que poner a la luz lo que estos personajes se encargaron de mantener en la oscuridad durante años.

Es una condena a cualquier dirigente que no se arrodille ante los intereses que defiende un grupo de privilegiados. Es una condena a todo proyecto político de origen popular y democrático que no se someta a las reglas de los que quieren los que verdaderamente detentan el poder político en la Argentina. Un poder ajeno al control democrático.

Durante todo el juicio, nuestra compañera vicepresidenta demostró cada una de las falsedades de las que fue acusada. La fiscalía y brazo mediático respondieron que había 'toneladas de pruebas'. Pero a las pruebas no hay que pesarlas: hay que leerlas. Y del análisis de cada una de ellas solo se puede concluir lo que s dijo desde el primer día: Cristina Kirchner es inocente y este juicio es parte de una estrategia política para proscribirla. Quieren hacer en Argentina lo mismo que hicieron en Brasil y otros países de la región: conseguir con un entramado mediático-judicial lo que no pudieron conseguir en las urnas”.

El Partido Justicialista manifiesta su solidaridad con la compañera vicepresidenta y se declara en estado de alerta frente al avance de estos sectores sobre los dirigentes de nuestro espacio.

La condena no es solamente a Cristina Fernández de Kirchner. Es una condena a las políticas que se implementaron entre 2003 y 2015. Es una condena “ cualquier dirigente que no se arrodille ante los intereses que defiende un grupo de privilegiados. Es una condena a todo proyecto político de origen popular y democrático que no se someta a las reglas de los que quieren los que verdaderamente detentan el poder político en la Argentina. Un poder ajeno al control democrático.

Y cierra: “La condena contra la compañera vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner es una condena a todo el pueblo argentino”. [El Teclado]