Hoy se festeja en Argentina el
Día de las Infancias –hasta 2020 denominado Día del Niño-, una fecha súper
explotada comercialmente que tiene como trasfondo visibilizar y promover el
respeto a los derechos de las niñas y niños.
El origen de la celebración se
remonta al 20 de noviembre de 1959, cuando la Organización de las Naciones
Unidas (ONU) aprobó la Declaración Universal de los Derechos del Niño.
En nuestro país comenzó a festejarse un año después, por iniciativa
de la Cámara Argentina de la Industria del Juguete (CAIJ), en el mes de agosto, variando qué domingo con los años. Desde 2013 es el tercero.
“Estaría buenísimo aprovechar ese día para poder visibilizar la importancia de volver a mirar a niños y niñas, de intentar que sean felices y de ver qué derechos están siendo vulnerados en todas las infancias, no solamente en las de nuestros hijos e hijas que van a recibir un juguete”, dice a El Teclado Valeria Dotro, magister en Sociología de la Cultura de la Universidad de San Martín, directora de Contenidos de Latinlab y responsable de Contenidos del canal Paka Paka.
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- Pese a los avances en materia de equidad de género, todavía muchísimas jugueterías continúan reproduciendo estereotipos y eso se observa en sus estanterías, con la división en secciones: cocinas, objetos de limpieza y maquillajes ‘para nenas’ y autos, pelotas y robots ‘para nenes’. ¿Comparte esta sensación?
- Sí, en la mayoría de las jugueterías sigue apareciendo una división muy sexista. Por suerte en términos de la sociedad en general hay una mirada diferente sobre esto: los chicos y las chicas piden juguetes que no son considerados sólo para ‘varones’ o ‘mujeres’ e incluso desde el discurso de los medios y las empresas fabricantes empieza a aparecer la idea de diversificar un poco, promocionando cosas como, por ejemplo, para ‘chicas aventureras’. Sin embargo desde el punto de vista del mercado es más difícil.
Y esto tiene que
ver con algo que está asentado en nuestra cultura machista, que todavía muchas
familias y escuelas siguen sosteniendo. A veces ocurre que en las aulas se está
hablando de los estereotipos de género, pero luego cuando chicos y chicas van
al patio o hacen una fila para la excursión son las mismas docentes las que los
hacen formar en distintas filas, de ‘varones’ y de ‘mujeres’. Son los
micromachismos que permanecen y que en el mercado son aún más difíciles de
erradicar.
- Desde la página web de fabricantes o desde la misma la CAIJ se nombra a esta celebración como ‘Día del Niño’ y no como ‘Día de las Infancias’, como fue propuesto por la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia de la Nación en 2020. ¿Qué observación puede hacer de esto?
- Que pasa lo mismo que con el lenguaje inclusivo, hay cierta resistencia. No se termina de ver que el lenguaje nos constituye como sujetos, que nos hace quienes somos. El ‘Día de las Infancias’ no sólo tiene que ver con las diversidades de géneros, sino con las diversidades en general. Quienes trabajamos el tema de la infancia decimos que hay tantas niñeces como experiencias.
La palabra infancias nombra a estas diversidades que tienen que ver con el género pero también con las distintas regiones del país, las situaciones sociales, las discapacidades. Ser niño, niña o niñe es tan diferente para cada uno como su experiencia de infancia lo sea. Poder nombrar esas diferencias es aceptarlas y reconocerlas también.
- Más allá de las diversidades que menciona, ¿encuentra algo que caracterice a estas infancias? Algo así como un signo de la época…
- Creo que en las infancias que tienen los materiales a disposición existe la posibilidad de empezar a reclamar ser reconocidos en esas identidades y diferencias. Hoy son los mismos chicos y chicas quienes comienzan -por ejemplo en este caso- a pedir otros juguetes, y también a ser reconocidos de otra manera, a opinar y que se los escuche, a que se respeten sus derechos.
Eso pasa mucho dentro de las familias, sobre todo las de clase media urbana, en las que todo el discurso de los derechos se impregna mucho más. Además toman de una manera muchísimo más natural la cuestión de las diversidades e identidades de género.
- ¿Cómo influyen las nuevas tecnologías en estos cambios?
- Sin dudas aportan nuevos modos de jugar y de comunicarse que
son absolutamente diferentes a los de nuestras infancias (yo tengo 50 años). En
los últimos 20 años el cambio ha sido tan veloz, que tienen un modo totalmente
diferente de comunicarse con sus pares y de acceder al conocimiento.