El 3 de junio el nombre de
Chiara Páez sobrevuela las banderas, los carteles y canciones que exigen “Ni
Una Menos”. Su crimen, el hallazgo de su cuerpo femenizado, originó un
movimiento, una lucha contra la violencia machista que engloba los reclamos del
colectivo de mujeres y diversidades. A siete años de aquel crimen, El Teclado
repasó la historia de esta adolescente asesinada por su novio y el estado de la
causa.
Chiara hoy tendría 21 años.
Cuando el 10 de mayo de 2015 su novio de 16, Manuel Mansilla, la golpeó hasta
matarla recién había cumplido 14. Estaba embarazada de 2 meses, y durante las
horas que estuvo desaparecida, todo Rufino, el distrito santafesino donde vivía,
la buscó. Su crimen, era el décimo femicidio en aquella provincia, el décimo en
seis meses.
Cuando se confirmó el
hallazgo de su cuerpo sin vida, un grupo de periodistas capitalinas convocaron
vía redes sociales a la primera movilización nacional en contra de la violencia
machista. Con la consigna Ni Una Menos, aquel el 3 de junio pasó a la historia.
“No tengo más que palabras
de agradecimiento a ese primer colectivo de mujeres, a ese grupo de periodistas
que tomaron el caso de Chiara y organizaron la marcha”, señaló hace un tiempo a
El Teclado Verónica Camargo, mamá de Chiara, quien aquel año viajó a la Ciudad
de Buenos Aires, encabezó la movilización y acompañó la lectura de un documento
junto a otros familiares de víctimas de violencia de género. “Fui muy mimada y
contenida en ese día, en el Congreso, porque todo era muy reciente, no había
pasado un mes (del femicidio), no estaba acostumbrada a esa exposición y todo
era difícil. Estoy muy agradecida con ese grupo de periodistas”, resaltó.
Verónica ya no participa de las movilizaciones de Ni Una Menos por diferencias en las consignas, sobre todo las relativas a la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo.
Publicada por Ni una menos en Lunes, 8 de junio de 2015
Verónica siempre fue muy
religiosa y tras el femicidio de su hija dice que la fe en Dios la salvó. “La
religión me ayudó a mantenerme fuerte, tener paz, tranquilidad, más allá del
dolor. Sé que a Chiari la tengo de otra manera porque lo que pasó no lo puedo
cambiar, pero tuve que salir adelante no sólo para reclamar justicia, sino por
Romi, mi otra hija, para quien no quiero ser una carga. No era bueno ni justo
para ella que yo me encerrara en una habitación a llorar”, señaló.
Si bien siempre estuvo
involucrada con lo social participando de distintas actividades solidarias,
después del femicidio de Chiara se abocó puntualmente a la lucha contra la
violencia de género y en el movimiento por la vida. “Estamos en un grupo de
formación que se llama Vidas Libres de Violencia que, si bien trabaja en la
prevención de todas las violencias hace especial hincapié en la violencia
contra la mujer”, contó Verónica.
Con la muerte de su hija no
sólo encontró un espacio de contención en la Iglesia, sino también en un grupo
de madres que como ella sufrieron la misma pérdida. “Tenemos un grupito de
WhatsApp con algunas mamás de víctimas de violencia de género donde nos
acompañamos y nos damos fuerza”, contó y detalló que está en contacto con
Adriana Belmonte, la mamá de Lola Chomnalez; con Jimena Aduriz, mamá de Ángeles
Rawson; con Marta Montero, mamá de Lucía Pérez; Karina Lopinto, mamá de Daiana
García y hasta su fallecimiento con Gladys Steffani, madre de María José Coni.
Además, por afuera de ese grupo está en comunicación con Carola Labrador, mamá
de Candela Sol Rodríguez; con Patricia Nasuti, mamá de Úrsula Bahillo y con
Graciela Sosa, mamá de Fernando Báez Sosa.
Manuel Mansilla fue
condenado en septiembre de 2017 a 21 años y seis meses de prisión por el
femicidio de Chiara, en una sentencia dictada por el juez Javier Prado y
confirmada por un tribunal de alzada en marzo de 2018.
Sin embargo, en febrero de este año la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe anuló la pena y ordenó que la misma sea nuevamente establecida, pero por un tribunal de la Justicia de Menores.
El colectivo NI UNA MENOS en su última reunión
Publicada por Ni una menos en Domingo, 31 de mayo de 2015
El fallo de la Corte
estableció que es aplicable al caso una sanción correspondiente a la
"tentativa de homicidio", cuya escala penal va de 10 a 15 años, al
fundar su resolución en el artículo 4 de la ley 22.278 sobre el régimen juvenil
penal.
Según se explicó, el
femicida, que al momento de cometer el femicidio de Páez tenía 17 años, podría
acceder en corto tiempo al beneficio de salidas transitorias dado que está por
cumplir la mitad de la condena, aunque todavía otro tribunal debe establecer el
nuevo monto de la pena. [El
Teclado]