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  Especiales   21.11.2021 - 12:00   
Una cartonera en el Congreso
Natalia Zaracho: “Vamos a defender los intereses de las últimas y los últimos”
Los cartoneros tendrán su primera representante en el Congreso Nacional a partir del 10 de diciembre. La joven dirigente del MTE plantea que si bien peleará por la agenda de su sector, discutirá todos los temas.
Natalia Zaracho: “Vamos a defender los intereses de las últimas y los últimos”

Por María Eugenia Suárez


Entre los diputados y las diputadas nacionales que asumirán una banca el 10 de diciembre se encuentra Natalia Zaracho, una joven integrante del Movimiento de los Trabajadores Excluidos (MTE) que cortonea desde los 13 años. En conversación con El Teclado repasó los comienzos de la cooperativa, el momento en que entendió la potencia del trabajo organizado y su primera reacción cuando le ofrecieron ser candidata a diputada nacional en representación del Frente Patria Grande. "Vamos a defender los intereses de las últimas y los últimos”, dice en plural porque, aclara, el lugar que ocupara en el Congreso Nacional no será individual, sino colectivo.

 

Zaracho tiene 32 años y cartonea desde que la crisis del 2001 dejó a su madre sin empleo. “Inventamos este trabajo porque nos dejaron afuera del sistema”, explica. Desde que nació vive en Villa Fiorito y ahora, a semanas de asumir como diputada nacional, dice que le asusta que cambie el ritmo de vida que tiene en el barrio y con sus hijos Dylan e Iara, de 15 y 13 años.

 

En 2019, entre asombro y dudas aceptó integrar la lista que encabezó Sergio Massa en un casillero con pocas chances de ingreso. Sin embargo, por un corrimiento en la lista oficialista jurará junto a los legisladores de la última elección. “Más allá que militamos con el corazón, nunca pensé que la política nos iba a dar un lugar en esos espacios que son tan mezquinos y hostiles”, señala.

 

Advierte que si bien desde su banca trabajará para generar herramientas que beneficie a su sector, como la Ley de Envases, participará del debate de todos los temas. “Queremos discutir todo porque las consecuencias de todo el problema estructural que tenemos son claramente por no poder estar en las instancias de discusiones”, dice y le pide al presidente Alberto Fernández que aprete el acelerador para evitar que el macrismo vuelva a disputarle el control del poder en 2023.

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Publicado por Natalia Zaracho en Viernes, 19 de noviembre de 2021

-¿Cómo llegó al Movimiento de los Trabajadores Excluidos?

-El MTE nace después de la crisis del 2001 y yo llego por la Cooperativa Amanecer de los Cartoneros que integraba mí mamá. Ella en ese momento trabajaba en una casa de familia, por la crisis la echaron y no quedó otra que salir a bancar la parada cartoneando, buscando sustento en los desechos, los descartes de otros. Tuve que dejar la escuela para salir a trabajar con mi vieja. Siempre digo que, en ese momento, me daba mucha vergüenza salir a cartonear. Hoy estoy orgullosa de pertenecer al movimiento y reconocerme trabajadora de la economía popular. Es muy importante el proceso de organización que tuvimos durante estos 20 años.


-¿Cómo pasó de tener vergüenza a estar orgullosa de lo que hacía?

-Fue un proceso muy difícil porque no lo veía como hoy. Lo entendía como una salida, pero no me comprometía. Me comprometí cuando empecé a militar en el comedor que organizó mi vieja en 2014. Me costó mucho tiempo identificarme, autodenominarme militante


"Cuando era chica me daba mucha vergüenza salir a cartonear. Hoy estoy orgullosa de pertenecer al movimiento y reconocerme trabajadora de la economía popular".

 

Siempre pensé que militante era el que venía de afuera, al barrio, a ayudar. Y la realidad es que todo lo que hacés tiene un nombre, desde el feminismo popular o desde la militancia social, barrial. Ahí empecé a comprender la importancia de comprometernos, de participar, de que se deje de hablar del sujeto y que el sujeto sea parte de las discusiones y entender también que todo lo que nos pasaba era por decisiones políticas. No teníamos que naturalizar la situación en que vivimos.

 

-¿En qué cambió su vida empezar a militar?

-Cuando estás en el barrio te corren otras urgencias y te quita la posibilidad de poder organizarte. Juega mucho lo individual. Después entendí que lo colectivo era lo que nos iba a sacar adelante. Yo soy muy peleadora y cuando venían los pibes de la universidad a dar apoyo escolar al comedor les decía "ustedes vienen un rato, pero después se van a sus casas y siguen gozando de sus privilegios". Pero lo real es que ellos podían elegir otra cosa en vez de enseñar a leer y a escribir a los pibes. Eso me interpeló y empecé a confiar en la organización, a participar de las discusiones políticas. Nos cagaron tantas veces que uno lo ve mal. Pero ese año no era electoral y con el ejemplo de la militancia, el compromiso, empecé a participar dentro del Frente Patria Grande.


En 2015, en una formación, justo estaba Juan Grabois, nuestro referente, y le pedí que me firme el libro. Él me puso: "Que se fortalezca la lucha de los pobres de la tierra". Quizá él no se acuerda lo que pasó, pero me marcó. Esa frase me interpeló y me marcó como militante. Desde ese día no paré.

-¿Cómo fue el momento en que le ofrecieron ser candidata a diputada nacional? 

-Primero me reí y le dije no. Lo único que hice en mi vida fue cartonear y trabajé en una casa de familia limpiando. Nunca tuve un trabajo en blanco. Me lo ofreció una compañera a la que yo le tengo mucha confianza y mucho cariño, que es médica y que fue quien me motivó a militar porque la veía muy comprometida con la salita, ella me enseño sobre feminismo. Yo, cuando daba las discusiones, siempre decía "hay que dejar de hablar de los pobres, los pobres tienen que hablar".


Cuando le dije que no ella me chicaneó con eso. Me dijo “tienen que ocupar los lugares porque sino, terminan hablando otros por ustedes”. Nunca me imaginé que iba a ser realidad. Más allá que militamos con el corazón, nunca pensé que la política nos iba a dar un lugar en esos espacios que son tan mezquinos y hostiles. Pero en el Frente de Todos tuvimos espacio para expresar lo que el Frente Patria Grande propone: dar lugar a lo que no está, a los emergentes, a las voces que faltan.

 

-¿Cómo tomó el movimiento que finalmente va a jurar en la Cámara de Diputados?

-Todos están muy contentos. Yo no caigo todavía. No sé qué va a implicar en lo personal. Me asusta un poco que cambie el ritmo de vida que tengo en el barrio, con mis pibes. En lo colectivo, es un gran logro. Que una cartonera llegue al Congreso es muy importante. Entendemos que tenemos que disputar los lugares de poder para poder transformar. Sabemos que esto va a generar que se empiecen a comprometer y a militar más personas, que muchas compañeras van a decir “si Natalia pudo, yo también puedo”.


Muchos van a empezar a creer en la política como una herramienta transformadora. Es mucha responsabilidad porque nosotros venimos a expresar otra cosa en la política. Estoy segura que hay que seguir construyendo poder popular y que el lugar que voy a ocupar no es individual, sino colectivo. Vamos a defender los intereses de las últimas y los últimos. Eso me da confianza de que podamos hacer algo. 

 

-¿Qué herramientas va a proponer?

-Faltan un montón de cosas para nuestro sector. Lo principal es la ley de envases que la venimos militando hace 20 años. Nosotros peleamos por un sistema de reciclado con inclusión social. Es muy importante que se discuta porque son las políticas para empezar por los últimas y las últimas. En este momento, en el que algunos salen a decir que hay convertir los planes en trabajo, es una forma de reconocerlo. Nosotros, a los planes, ya los convertimos hace mucho tiempo y estas son las políticas que reconoce este trabajo que nos inventamos porque nos dejaron afuera del sistema. Además, nuestra agenda de tierra, techo y trabajo que la militamos no solamente como una frase, sino que estamos convencidos de que es por ahí. Queremos discutir todo porque las consecuencias de todo el problema estructural que tenemos es claramente por no poder estar en las instancias de discusiones.


"El macrismo no tiene que volver nunca más porque nuestro sector no puede aguantar cuatro años más de macrismo"

 

-¿La dirigencia política tiene una dimensión real de la situación social y de las necesidades de los sectores más vulnerables?

-Hay una decisión política de cambiar el rumbo real. Estoy convencida de eso y por eso lo militamos. Lo que veo es que falta representación. Por más decisión política que se tenga, si no podemos hacer que esa política llegue a donde tiene que llegar es muy difícil. Por eso es importante reconocer a las organizaciones sociales, a los militantes territoriales, a los movimientos que están en los barrios para que pueda llegar esa política pública a los barrios donde tienen que llegar. La oposición tiene dos herramientas que son muy importantes: los medios de comunicación que malinforman y el Poder Judicial que persigue a los que defienden los intereses de nuestro pueblo. Estos dos años que nos quedan tenemos que profundizar nuestra agenda, de la mayoría, empezar por los últimos y las últimas, Alberto tiene que apretar el acelerador. Ya no somos un frente electoral, somos un frente de gobierno y tenemos que gobernar. Para hacerlo y poder poner la balanza más o menos igual, va a tener que tocar intereses.


El macrismo no tiene que volver nunca más porque nuestro sector no puede aguantar cuatro años más de macrismo. Tenemos que laburar estos dos años para no darle chances a que nos disputen el poder en 2023. [El Teclado]




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