"Yo voto sí o sí", gritaba un hombre disfrazado de carpincho en una mesa de Tigre a donde fue a sufragar en el marco de las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias.
Obviamente, no pudo hacerlo porque se negó a descubrir su rostro, pero se dio el gusto de meter sutilmente en agenda la ley de Humedales.
Recordemos que hace unas semanas, los vecinos de Nordelta plantearon que "amamos a los carpinchos. Hemos convivido con ellos en armonía desde hace 10 años como en ninguna otra urbanización del AMBA", pero consideraron que es necesario el traslado de “aquellos ejemplares a los que el ecosistema Nordelta ya no puede alimentar y sostener a otras reservas naturales”. [El Teclado]