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EL TECLADO | Especiales  Domingo 24 de Marzo del 2019 - 13:40 hs.                1931
  Especiales   24.03.2019 - 13:40   
DIA DE LA MEMORIA POR LA VERDAD Y LA JUSTICIA
De centros de tortura a sitios de Memoria: La resignificación de los espacios del horror
Durante la última dictadura cívico militar, los genocidas montaron en la provincia de Buenos Aires un entramado territorial del horror conformado por 29 campos de concentración. Hoy, algunos de ellos, se convirtieron en sitios de Memoria.
De centros de tortura a sitios de Memoria: La resignificación de los espacios del horror

Durante la última dictadura cívico militar, los genocidas montaron en la provincia de Buenos Aires un entramado territorial del horror conformado por 29 campos de concentración por los cuales circularon y de los cuales desaparecieron a militantes, estudiantes, profesionales y todos aquellos que los genocidas consideraron una amenaza para la implementación de su plan criminal.

La reconstrucción de la operatoria criminal y el modo de funcionamiento de esos centros clandestinos de detención que integraron el “Circuito Camps” fue posible por el testimonio de sobrevivientes y por el exhaustivo trabajo de organismos de derechos humanos para evidenciar el plan sistemático de los genocidas para la tortura y el exterminio.
 


Así, en el año 2006 durante el juicio a Miguel Etchecolatz el testimonio de Adriana Calvo puso en evidencia la sistematicidad de las violaciones a los derechos humanos “había un constante traslado de prisioneros entre las brigadas, los destacamentos y las comisarías, en un sentido o el otro”, articulado por las direcciones de inteligencia con todas las fuerzas de seguridad.

La ex comisaría quinta de La Plata fue uno de esos centros clandestinos de detención, por el que pasaron más de 200 detenidos desaparecidos, entre ellos Adriana Calvo y también Jorge Julio López. Los dos sobrevivientes hicieron el reconocimiento también en el 2006 en el juicio que llevó adelante el juez Carlos Rozanski. En ese entonces, López, meses antes de su segunda desaparición contó en el patio de la que en ese momento aún era una dependencia policial: “yo veía el sol y sentíamos las torturas de toda esta zona, era un griterío, un infiero. Y el mismo infierno cuando venían los torturadores, primero sentías el ruido de los Torino o los Falcon sin caño de escape”.
 


La ex comisaría quinta de La Plata fue uno de esos centros clandestinos de detención, por el que pasaron más de 200 detenidos desaparecidos, entre ellos Adriana Calvo y también Jorge Julio López.

Hace un año las autoridades provinciales cumplieron con la desafectación total de la Comisaría, que había sido ordenada en diciembre de 2012 por el Tribunal Oral Federal N° 1 de La Plata en la sentencia del juicio por crímenes cometidos en el “Circuito Camps” en la que se condenó a perpetua a 23 genocidas.



El edificio central, en el que están las celdas y las ex oficinas administrativas de la bonaerense, será puesto en valor para que sea testimonio físico de las graves violaciones a los derechos humanos de aquella época. Y también en democracia, porque aún quedan los rastros del incendio en el que murieron cuatro detenidos en el 2000. De este modo, la Comisaría 5ta se convirtió en uno de los pocos lugares de la provincia que fueron espacios del horror y que se resignificaron como Sitios de Memoria para sostener la lucha contra el olvido.

 [DE CENTROS DE TORTURA A ESPACIOS DE MEMORIA]

El centro clandestino de detención más emblemático del genocidio en la Argentina por la magnitud de las atrocidades allí cometidas es el predio de la ex Escuela de Mecánica de la Armada, ligada a nombres de genocidas como Alfredo Astiz, Jorge “Tigre” Acosta, Juan Antonio Azic. Pero además del Espacio de Memoria de la Ex ESMA en la ciudad de Buenos Aires, en la provincia existen otros en los que también se mantienen como símbolo de la represión ilegal.

En el partido de La Plata está señalizado el “Destacamento de Arana”, que fue el Pozo De Arana y por el que pasaron en su detención ilegal los jóvenes de la “Noche de los Lápices”. Allí trabajó el Equipo Argentino de Antropología Forense ya que fueron hallados restos óseos. Está ubicado en 137 y 640, y solamente se abre a las visitas en casos muy puntuales.


[Leonardo Fossati recuperó su identidad en el año 2005. Su mamá, Inés Ortega, dio a luz en la mesa de la cocina de la comisaría 5ta - Foto: El Teclado]

Mar del Plata fue otra de las ciudades fuertemente golpeadas por el genocidio, con centenares de desaparecidos. Allí el único Espacio de Memoria es “El Faro”, en Punta Mogotes, donde se emplazó la Escuela de Suboficiales de la Marina que además de funcionar como centro clandestino de detención era un lugar de adoctrinamiento para ingresantes de la Infantería de esa fuerza.

En Morón la lucha colectiva de sobrevivientes y organismos de derechos humanos lograron la resignificación de la “Mansión Seré” que como campo de concentración fue llamado Atila o Mansión Seré, dependiente de la Fuerza Aérea y declarado Lugar Histórico Nacional en el 2015. Tanto la Casa de la Memoria y la Vida como el Espacio Mansión Seré están abiertos todo el año y realizan visitas pedagógicas y talleres para escuelas vinculados a temáticas de Memoria, Violencias y Discriminación.
 


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Y por último, el edificio en el que funcionó el “Pozo de Quilmes” fue recientemente entregado a la Comisión Provincial por la Memoria para la creación de un Sitio de Memoria, Defensa y Promoción por los Derechos Humanos.

[EX COMISARÍA QUINTA: ESPACIO PARA LA MEMORIA Y LA PROMOCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS]

El Auditorio de Diagonal 74 entre 23 y 24 abrió por primera vez sus puertas al público con la inauguración de la muestra fotográfica de Gabriela Hernández “Todo está guardado en la Memoria” que permanecerá durante marzo y abril en el nuevo espacio contiguo al ex Centro Clandestino de Detención. Además, habrá visitas guiadas abiertas al público y a grupos de estudiantes que soliciten hacer el recorrido por el edificio histórico. También está previsto que los jueves se lleven adelante jornadas de cine debate que quedaron inauguradas con la proyección del la película “Todos somos López”.
 


El sitio está a cargo de Abuelas de Plaza de Mayo y trabajará en conjunto con la Universidad Nacional de La Plata. Leonardo Fossati, integrante de Abuelas, contó que se está realizando un relevamiento de testimonios de sobrevivientes de la dictadura que estuvieron allí secuestrados en la Comisaría 5ta. Y de recuperación de archivos.

Leonardo Fossati recuperó su identidad en el año 2005. Su mamá, Inés Ortega, dio a luz en la mesa de la cocina de la comisaría 5ta que funcionó como maternidad clandestina. También nació en cautiverio Ana Libertad Baratti de La Cuadra, nieta de la primera presidenta de Abuelas, Licha de la Cuadra, y quien también recuperó su identidad pero en el 2014.
 


Leo Fossati remarca que el testimonio de los sobrevivientes son la piedra fundamental en la resignificación de estos sitios. 



Fossati cuenta que desde que supo su verdad comenzó un proceso personal que lo llevó a participar de la lucha colectiva de Abuelas, para luego aportar su testimonio en el juicio contra los genocidas del “Circuito Camps”. Allí empezó a comprender la importancia de los testimonios de los sobrevivientes y también de los lugares, y la importancia de preservarlos como testimonio: “no solamente la Justicia se lleva a cabo en los tribunales, sino que también gran parte de la justicia tiene que ver con que esto no quede en el olvido y los espacios de memoria son actores y sitios fundamentales para que eso suceda”.

Luego de recorrer esa cocina, y el patio en el que ya no se escuchan los sonidos de los handies policiales, Leo remarca que en la reconstrucción de la memoria también en este sitio los sobrevivientes son la piedra fundamental: “sin el testimonio de ellos no solamente no hubiéramos sabido sobre nuestros compañeros desaparecidos. Yo no hubiese sabido mi verdadera identidad. Adriana (Calvo) fue la que ayudó a mi mamá en el trabajo de parto, la que me contó detalles de mi mamá que siguen siendo tesoros para mí, y además ha dejado un legado imborrable”. [El Teclado]