El divulgador científico marplatense, Sebastián Musso, se prepara para convertirse en el primer latinoamericano con discapacidad en participar de una misión análoga espacial con el objetivo de investigar las diferentes adaptaciones que necesitan los trajes y las bases espaciales para que en el futuro alberguen poblaciones diversas
Musso es comunicador y docente. Desde hace más de 30 años se dedica a la divulgación científica y, desde hace 25, a la creación de contenidos inclusivos para personas ciegas. A los 48 años será parte de una experiencia única que tendrá lugar en Natal, al norte de Brasil, en uno de los pocos hábitats sudamericanos diseñados para este tipo de simulaciones. En una instalación de la Universidad de Río Grande del Norte pasará aislado junto a otras dos personas durante seis soles marcianos —es decir, días de 24 horas y 40 minutos—, simulando condiciones de vida en otro planeta.
“Mi intención es investigar qué adaptaciones hay que hacer en trajes, en hábitats y en los protocolos de trabajo para que personas con discapacidad puedan acceder al espacio”, explicó Musso a El Teclado, quien indicó que tiene una discapacidad motora.
Aunque este tipo de misiones suelen ser protagonizadas por jóvenes sin dificultades de salud, el investigador se propuso llevar el eje hacia la inclusión: “Por distintas razones que tienen que ver con la tecnología y cómo está avanzando la exploración espacial, no faltará mucho tiempo para que el acceso al espacio sea más normal y diverso. En 15 o 20 años, quizás haya familias viviendo en el espacio, y por qué no, alguien con discapacidad”.
Durante la misión, usará un exoskin, una especie de traje adherido al cuerpo que monitorea sus parámetros médicos en tiempo real, el mismo que utilizan astronautas en la Estación Espacial Internacional. Además, realizará tareas específicas como la gestión de residuos dentro del hábitat y ensayos de navegación con instrumentos astronómicos adaptados al cielo de Marte. Aunque, claro, también hará “otras actividades propuestas por el control, digamos el Houston, que enviará órdenes como si uno fuera un astronauta”.
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El proyecto no se agota en la simulación: Musso coordina también una iniciativa educativa junto a una ex astronauta de la NASA, en la que niñas y niños crearán “postales desde Marte” que serán enviadas al espacio a través de una nave de Blue Origin. “Es una excusa para dar talleres de ciencia y arte en escuelas y espacios diversos”, detalló.
Además, él es una referencia en accesibilidad científica dado que ha creado materiales adaptados para personas ciegas y distribuyó kits educativos en 21 países. Ahora, además, trabaja junto a un grupo de ingenieros europeos en la elaboración de un paper sobre adaptaciones de trajes y hábitats espaciales.
“Este proyecto une mi trabajo profesional con un enfoque sobre discapacidad. Me interesan menos los aspectos tecnológicos y más cómo hacer que el espacio también sea accesible”, afirmó y refirió que la misión comenzará el 2 de agosto.
Además, precisó que el hábitat fue modificado pensando en futuras experiencias con personas con discapacidad. “No lo adaptaron sólo para mí, sino para cualquier persona con discapacidad que quiera hacer esta actividad”, aclaró.
Musso se entusiasma con la experiencia y el posible impacto que pueda tener: “Luego veré cómo repercute esto en congresos. Lo importante es mostrar que el acceso al espacio también puede ser pensado desde la inclusión”, completó. [El Teclado]