El fotógrafo Pablo Grillo, víctima de la represión ejercida por el gobierno de Javier Milei el 12 de marzo durante la marcha de jubilados al Congreso, fue dado de alta este martes tras casi 3 meses de internación en el Hospital Ramos Mejía. El joven de 35 años continuará su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca.
En diálogo con la prensa, se padre Fabián contó que "fue medio sorpresivo. Para no generar falsas expectativas le habíamos dicho que se iba a ir en cualquier momento pero no precisamente cuándo. Y ahora le dijimos 'dale, cambiate te vas'. Ayer me llamó el director y me dijo que ya estaba".
En cuanto a la rehabilitación que se viene, explicó que "no hay tiempos, por lo que nos dijeron la primera etapa va a ser con internación, con salidas los fines de semana; cuando ellos evalúen que esté en condiciones, sería salidas diarias".
Según relató, Pablo "camina, está tranquilo, se mueve, tiene motricidad fina, habla, tiene memoria", y agregó que "en un par de meses tiene que volver a que le coloquen la prótesis, es una nueva operación; mucho menor comparada a las primeras, pero es una intervención".
"Va a ser un trabajo largo pero estamos expectante", dijo en diálogo con Radio con Vos.
El subdirector del hospital Ramos Mejía, Juan Pablo Rossini, contó que todos los miércoles llegan lesionados al hospital, pero el caso de Pablo fue crítico. Me enorgullece el hospital y la salud pública que tenemos", celebró.
En cuanto a la situación judicial, Fabián Grillo adelantó que en los próximos días estarán citando a declarar al gendarme que disparó el gas lacrimógeno y que dio de lleno en la cabeza de Pablo.
En las redes oficiales, la familia Grillo emitió un comunicado para agradecer:
"Un agradecimiento y llamado a la empatía desde el corazón en tiempos difíciles.
En un contexto donde, lamentablemente, las balas y los gases parecen tener más peso que la salud pública, queremos alzar la voz para destacar la inconmensurable importancia del hospital público. Es un pilar fundamental de nuestra sociedad, un espacio de cuidado y esperanza que, a pesar de las adversidades, sigue de pie gracias a la dedicación de personas extraordinarias.
Hoy Pablo comienza una nueva etapa: la rehabilitación. La anterior ha sido muy dura y, seguramente, en la que empieza encontrará nuevos desafíos pero gran parte de todo esto es posible gracias al Hospital Público.
Queremos expresar nuestro más profundo agradecimiento a la Dirección del hospital por su liderazgo y compromiso. A todo el personal de las Unidades de Terapia Intensiva, Neurocirugía, Salud Mental, Hemoterapia, Enfermería, administración, maestranza y del SAME: cada uno de ustedes es un ejemplo de humanismo, profesionalismo y empatía. Su trabajo diario, muchas veces silencioso, marca la diferencia en la vida de innumerables personas.
Gracias por no bajar los brazos, por la atención de calidad y por el calor humano que brindan. Su labor es un testimonio de la resiliencia y la dedicación que sostienen la salud pública en nuestro país.
Ojalá que quienes integran la justicia y nos gobiernan se contagien de esa empatía y humanismo que vemos cada día en nuestros hospitales públicos y estén a la altura de las circunstancias.
Lo público funciona, y funciona muy bien, incluso con las limitaciones que enfrenta. Lo que realmente necesita es ser fortalecido con la inversión necesaria y salarios dignos para quienes lo sostienen.
Familia Grillo. [El Teclado]