28 Mar 2024 - Edición Nº2529
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EL TECLADO | Derechos Humanos  Viernes 26 de Marzo del 2021 - 07:00 hs.                1981
  Derechos Humanos   26.03.2021 - 07:00   
24M en el interior bonaerense
El después de la Noche de las Corbatas: la historia de Laura y una lucha heredada de sus padres
Eran abogados y fueron secuestrados en Mar del Plata en 1977. A 44 años de aquel arrebato, su hija cuenta a El Teclado como construyó su vida desde esa ausencia.
El después de la Noche de las Corbatas: la historia de Laura y una lucha heredada de sus padres

“Mi mamá y mi papá fueron secuestrados el 13 de julio de 1977 en Mar del Plata, en lo que se denominó el operativo la Noche de las Corbatas”, dice María Laura García Vázquez, en referencia al conjunto de secuestros de abogados que se sucedieron en aquella ciudad durante una semana. Hace tiempo que se mudó a Bahía Blanca y desde ahí mantiene la búsqueda de verdad, lucha por la justicia y trabaja por la memoria. “Miro las fotos de los desaparecidos y me pregunto qué están esperando de nosotros y nosotras”, señala en conversación con El Teclado y relata cómo transformó aquella ausencia en lucha. 

El secuestro de Néstor Enrique García y María Esther Vázquez fue el último en una cadena de detenciones ilegales que habían comenzado el 6 de julio de 1977 y que se extendió hasta el 13. Esa noche el pasillo que llevaba a su casa se llenó de efectivos del ejército. Junto a Néstor y María Esther se llevaron otro matrimonio que días después fue liberado. “Cuando le dicen a mi papá que les dieran una dirección para dejarme a mí, él responde que me quedaba con los vecinos. Esa fue la última vez que los vi”, recuerda Laura, única hija de la pareja.

En ese momento ella tenía 11 años, su padre 36 y su madre 34. “Ellos eran como una generación más grande que el común de los desaparecidos, que en promedio tenía 10 años menos e incluso mucho más chica. Hay gente desaparecida de 13 años y siento que teniendo 11 me salvé por la reacción de mi papá”, dice. Por su edad integra el grupo de hijos e hijas más grandes: “Somos los que más hemos podido compartir la vida con nuestros padres, vivimos una parte de la historia de manera de consciente”, cuenta.

Néstor y María Esther militaban en el Peronismo de Base y fueron secuestrados en el marco del operativo la Noche de las Corbatas, bautizado con ese nombre por los propios secuestradores porque tuvo como víctimas a abogados y familiares. “La consecuencia directa es que la clase trabajadora queda sin protección porque el operativo atenta contra los abogados que se ocupaban del derecho laboral y de las conquistas que venían teniendo los trabajadores”, explica Laura y agrega: “El objetivo era imponer un sistema económico donde las ganancias se concentraran y esto favoreciera intereses privados y extranjeros, hacer un país más dependiente”.

 

Testimonio arte y militancia Fotos de mi padre Néstor Enrique García Invitación de Cristina Álvarez Rodríguez

Publicado por Laura García Vazquez en Jueves, 25 de marzo de 2021

 

[CRECER CON MIEDO]

Tras el secuestro, el vecino que acogió a Laura y el dueño del lugar donde trabajaba su papá denunciaron el hecho ante la Policía. Obviamente no hubo respuestas. Luego llegaron las abuelas que se pusieron a la cabeza de la búsqueda de sus padres. “Mis abuelas se re ocuparon, presentaron un montón de habeas corpus, todos fueron denegados. Yo tenía cajas con las cartas que les mandaron a la Junta Militar, a los obispos... Eso nos sirvió para construir la política de memoria, verdad y justicia, pero en ese momento, en plena dictadura, era como la nada misma. Hasta que después empezaron a surgir algunos organismos de derechos humanos y son a los que yo estoy eternamente agradecida”, recapitula.

En su relato, Laura recuerda los días posteriores al secuestro, su vida junto a sus abuelas, su vida sin su padre y sin su madre. “Fue muy difícil crecer sin ellos por el contexto. Había tanto miedo, tanta censura y tanto silencio que mucha gente cercana, por miedo, se alejó. Cuando sos chico no lo entendés. La vida te cambia de un día para el otro de una manera drástica. Lo que trae la desaparición, sobre todo a los padres y madres, es la incertidumbre de la desaparición. Yo lo resolví en el ’83, aunque desde antes pensaba, intuía, que mis padres estaban muertos”.

Hace 35 años, tras casarse, se mudó a Bahía Blanca y tuvo dos hijas. “Los 24 de marzo se me divide el corazón. Me gustaría estar en Mar Del Plata, en Capital Federal y acá”, dice. La lucha que iniciaron sus abuelas ella la continuó. En 2005 declaró por primera vez, pero aún no hay ningún genocida condenado por la desaparición y asesinato de sus padres. “Tenemos un problema con la justicia en general, que desde la secretaria de Derechos Humanos lo plantean como una lucha contra la impunidad biológica, que es que los represores se mueren y las madres también, que es lo más doloroso. Mis abuelas hace mucho que fallecieron, pero nosotros seguimos buscando justicia porque es parte de la pelea por la democracia”, señala. 

 

En este marzo-memoria tan particular quiero recordar la participación de Mario Cafiero en el documental "El sonido de las voces". Como ya lo dije muchas veces, esta película pretende ser un homenaje a toda una generación militante y a los 30.000 desaparecidos y desaparecidas. En este tiempo tan duro y con tantas pérdidas me cuesta asumir el fallecimiento de este compañero y amigo que extrañamos tanto. Vaya este recuerdo como un homenaje necesario.

Publicado por Laura García Vazquez en Domingo, 21 de marzo de 2021

 

[MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA]

Laura cuenta los años que nos distancian de la dictadura haciendo balances. “No se trata de un balance sólo en materia de memoria, verdad y justicia, sino en el avance de los derechos, de la justicia social para el conjunto de la población. Es un día para ver cómo está la sociedad”, cuenta y abraza que exista “una mayoría muy grande de la sociedad que acuerda con las políticas de memoria, verdad y justicia”. “Eso es muy importante”, dice y agrega: “Es el resultado del trabajo chiquito que algunos hicimos desde siempre sumado a la implementación, por parte del Estado, durante el gobierno de Néstor Kirchner, que cambió lo que Estado venía haciendo. Esa acción fue determinante para difundir información verdadera de la cuestión, para terminar con la teoría de los dos demonios… porque si bien esa idea todavía circula, me parece que entre la mayoría de los argentinos y argentinas hay certezas, creencia en la memoria, la verdad y la justicia”.

El trabajo, la lucha, la búsqueda de reconocimiento de lo que pasó no es sencilla y por eso ella repiensa el vínculo con aquella generación y se pregunta si el que sigue es el camino esperado. “Miro las fotos de los desaparecidos y me pregunto qué están esperando de nosotros y nosotras. Hay una interpelación que nos hace esa generación permanentemente de donde estamos parados respecto a los ideales y sobre cuáles son las herramientas que estamos utilizando para cambiar la sociedad, de cómo podemos mejorarlas, aunque los desafíos no son los mismos porque nuestro país es el mismo”.

A pesar de lo sufrido, vivido, tiene una mirada positiva y considera que lo mejor de todo es que hoy se puede “seguir militando”. “Cambiar la sociedad, terminar con las injusticias, sigue siendo un objetivo que militamos. Todo lo que mis padres me enseñaron lo aplico y sigo intentando seguir la tarea, aunque haya nuevas dificultades”, dice Laura sobre el final de la charla, quien, junto a su esposo, Luis Rojas, hizo un documental – El sonido de las voces- en el que cuenta quiénes fueron Néstor y María Esther.